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According to the United Nations Environment Programme, the textile industry is responsible for around 10% of global carbon emissions and 20% of total freshwater waste worldwide. Furthermore, every second, an amount of clothing equivalent to a garbage truck is buried or burned, and less than 1% of garments are recycled to make new ones. This linear production model—based on manufacturing, using, and disposing—represents one of the greatest environmental challenges today, contributing significantly to soil and water pollution, as well as increased greenhouse gas emissions.
In Latin America, this problem is exacerbated by the growth of fast fashion consumption and the lack of infrastructure for textile recycling. In Colombia, most waste from the clothing sector ends up in landfills or is incinerated, generating high levels of pollution and wasting resources that could be reincorporated into the production chain. This situation highlights the urgent need to adopt more sustainable industrial models that reduce environmental impact without compromising profitability.
Faced with this situation, Twenty Ways SAS has developed an innovation based on the circular economy, focused on making use of textile scraps from its manufacturing process. By collecting, sorting, and redesigning these surplus materials, the company creates new sports and casual garments under a zero-waste scheme. This approach allows waste to be transformed into useful resources, reducing pressure on landfills and decreasing the demand for new raw materials.
In this way, the company offers a viable and replicable alternative within the textile sector, demonstrating that it is possible to generate economic, social, and environmental value from materials that were previously considered waste. With this practice, Twenty Ways not only responds to a global problem, but also promotes a new form of responsible and sustainable production within Colombian fashion.
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Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la industria textil es responsable de cerca del 10% de las emisiones globales de carbono y del 20% del desperdicio total de agua dulce en el mundo. Además, cada segundo se entierra o quema una cantidad de ropa equivalente a un camión de basura y menos del 1% de las prendas se recicla para fabricar nuevas. Este modelo de producción lineal —basado en fabricar, usar y desechar— representa uno de los mayores desafíos ambientales actuales, al contribuir significativamente a la contaminación de suelos y fuentes hídricas, así como al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el contexto latinoamericano, esta problemática se intensifica por el crecimiento del consumo de moda rápida y la escasa infraestructura para el reciclaje de textiles. En Colombia, la mayoría de los residuos del sector confección termina en rellenos sanitarios o es incinerada, generando altos niveles de contaminación y desperdicio de recursos que podrían reincorporarse a la cadena productiva. Esta situación evidencia la necesidad urgente de adoptar modelos industriales más sostenibles que reduzcan el impacto ambiental sin comprometer la rentabilidad.
Frente a este panorama, Twenty Ways SAS desarrolla una innovación basada en la economía circular, centrada en el aprovechamiento de retazos textiles provenientes de su proceso de confección. Mediante la recolección, clasificación y rediseño de estos excedentes, la empresa crea nuevas prendas deportivas y casuales bajo un esquema de residuo cero. Este enfoque permite transformar los desechos en recursos útiles, reduciendo la presión sobre los vertederos y disminuyendo la demanda de materia prima nueva.
De esta manera, la empresa ofrece una alternativa viable y replicable dentro del sector textil, demostrando que es posible generar valor económico, social y ambiental a partir de materiales que antes se consideraban desecho. Con esta práctica, Twenty Ways no solo responde a un problema global, sino que también impulsa una nueva forma de producción responsable y sostenible dentro de la moda colombiana.
Twenty Ways' innovation focuses on a system for utilizing textile scraps that converts production surpluses into garments and accessories with commercial value. The process includes the planned collection of waste, sorting it by fiber type and color, and redesigning patterns so that small pieces can be integrated into new garments. Thanks to this circular economy practice, the company reduced its weekly waste from 70 kg to 30 kg, representing a 57% reduction in waste, and managed to decrease the waste sent to external collection services by 12%.
According to Daniel, the strategy goes beyond recycling: it involves reorganizing the production flow and opening up spaces for community participation. During the pandemic, for example, collaborators received scraps to make products from home, producing between 20 and 30 additional items per month, such as hats, covers, and bags. This dynamic not only expands the portfolio with unique products, but also generates flexible employment opportunities and fosters creativity in contexts of social vulnerability.
Among the main features are the modular design of garments, the systematic organization of scraps, and the incorporation of collaborative work. Its benefits include a significant reduction in textile waste, the optimization of raw materials, and the promotion of circular economy practices. Its competitive advantages are reflected in its differentiation from mass-produced offerings, the added value of exclusivity—each garment is unique—and the strengthening of the local economy through national suppliers. As Daniel mentions, “We optimize waste to the maximum, creating innovative products from what others call trash.”
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La innovación de Twenty Ways se centra en un sistema de aprovechamiento de retazos textiles que convierte los excedentes de producción en prendas y accesorios con valor comercial. El proceso incluye la recolección planificada de los residuos, su clasificación por tipo de fibra y color, y el rediseño de patrones para que piezas pequeñas se integren en nuevas prendas. Gracias a esta práctica de economía circular, la empresa redujo de 70 kg de residuos semanales a 30 kg, lo que representa un 57% menos de desperdicio, y logró disminuir en un 12% los residuos enviados al servicio de recolección externa.
Según Daniel, la estrategia va más allá de reciclar: implica reorganizar el flujo productivo y abrir espacios para la participación de la comunidad. Durante la pandemia, por ejemplo, los colaboradores recibían retazos para elaborar productos desde sus casas, logrando entre 20 y 30 artículos adicionales al mes como gorros, fundas o bolsos. Esta dinámica no solo amplía el portafolio con productos únicos, sino que también genera oportunidades de empleo flexible y fomenta la creatividad en contextos de vulnerabilidad social.
Entre las características principales destacan el diseño modular de prendas, la organización sistemática de retazos y la incorporación de trabajo colaborativo. Sus beneficios incluyen la reducción significativa de desechos textiles, la optimización de materias primas y el impulso de prácticas de economía circular. Y sus ventajas competitivas se reflejan en la diferenciación frente a la oferta masiva, el valor agregado de exclusividad —cada prenda es única— y el fortalecimiento de la economía local mediante proveedores nacionales. Como menciona el Daniel, “Optimizamos el residuo al máximo, creando productos innovadores a partir de lo que otros llaman basura”.
Daniel Gaona, manager of TWENTY WAYS SAS BIC, grew up in a family textile business in San Victorino, a neighborhood in Bogotá, and witnessed the informality and difficult working conditions in the sector. His training reinforced the idea that the company should have a social and environmental purpose, beyond profitability. “From university, I understood that knowledge should be democratized and contribute to society; that's where my motivation for social issues comes from,” says the CEO.
This conviction aligns with the philosophy of conscious capitalism, mentioned in the BIC 2025 Report: “Every action, no matter how small, can contribute to harmony and collective well-being.” This vision motivated the decision to locate the plant in the San Cristóbal neighborhood, as a deliberate act to generate opportunities in areas where poverty and exclusion are prevalent. Previous projects such as Closet Baby, a clothing exchange system for vulnerable mothers, also reflect this social inspiration.
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Daniel Gaona gerente de la empresa TWENTY WAYS SAS BIC creció en un entorno textil familiar en San Victorino, barrio de Bogotá, y fue testigo de la informalidad y las difíciles condiciones laborales del sector. Su formación consolidó la idea de que la empresa debía tener un propósito social y ambiental, más allá de la rentabilidad. “Desde la universidad entendí que el conocimiento debía democratizarse y aportar a la sociedad; de ahí nace la motivación por lo social” menciona el CEO.
Esta convicción se alinea con la filosofía del capitalismo consciente, mencionada en el Reporte BIC 2025: “Cada acción, por pequeña que sea, puede contribuir a la armonía y el bienestar colectivo”. Esa visión motivó la decisión de ubicar la planta en el barrio San Cristóbal, como un acto deliberado para generar oportunidades en territorios donde predominan la pobreza y la exclusión. Proyectos previos como Closet Baby, un sistema de intercambio de ropa para madres vulnerables, también reflejan esta inspiración social.
The innovation proposed by the company is aligned with SDG 12. The redesign of production processes to reuse surpluses promotes a circular economy model in clothing manufacturing, where waste is converted into raw material for new garments and accessories. This directly responds to target 12.5, which seeks to substantially reduce waste generation through recycling and reuse, demonstrating that a microenterprise can transform waste management into a sustainable business practice.
In the social sphere, the contribution is linked to SDG 8. By including at-risk youth, single mothers, and women victims of violence in the San Cristóbal neighborhood in its processes, the company generates decent employment in areas where informality predominates. These actions are related to target 8.5, which promotes access to full and inclusive employment, and target 8.8, which seeks to improve social protection and safe working conditions. “I have seen that young people who do not have the opportunity to go to university find another option in life with a printing or clothing workshop,” says Daniel.
Finally, innovation has an impact on SDG 13 by promoting practices that reduce the environmental footprint of the textile sector. The use of natural lighting, energy-saving light bulbs, and efficient motors reduces energy consumption, while encouraging employees to cycle to work reduces indirect emissions. These actions are linked to target 13.3, which seeks to improve the ability to adapt to climate change-related risks, showing how environmental sustainability can be integrated into the daily operations of a textile company. As Gaona points out, “we try to give social and environmentally friendly practices a more special place, not just think about the financial aspect.”
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La innovación propuesta por la empresa se alinea con el ODS 12. El rediseño de procesos productivos para reutilizar excedentes fomenta un modelo de economía circular en la confección, donde los residuos se convierten en materia prima para nuevas prendas y accesorios. Esto responde directamente a la meta 12.5, que busca reducir de manera sustancial la generación de desechos mediante reciclaje y reutilización, demostrando que una microempresa puede transformar la gestión de residuos en una práctica de negocio sostenible.
En el ámbito social, la contribución se conecta con el ODS 8. Al incluir en sus procesos a jóvenes en riesgo, madres cabeza de hogar y mujeres víctimas de violencia en el barrio San Cristóbal, la empresa genera empleo digno en territorios donde predomina la informalidad. Estas acciones se relacionan con la meta 8.5, que promueve el acceso a un empleo pleno e inclusivo, y con la meta 8.8, que busca mejorar la protección social y las condiciones laborales seguras. “He visto que muchachos que no tienen una oportunidad de ingresar a la universidad, con un taller de estampado o confección encuentran otra opción de vida” afirma Daniel.
Finalmente, la innovación incide en el ODS 13 al promover prácticas que reducen la huella ambiental del sector textil. El uso de iluminación natural, bombillos ahorradores y motores eficientes disminuye el consumo energético, mientras que el incentivo al transporte en bicicleta para colaboradores reduce emisiones indirectas. Estas acciones se conectan con la meta 13.3, que busca mejorar la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el cambio climático, mostrando cómo la sostenibilidad ambiental puede integrarse en la operación diaria de una empresa textil. Como señala su Gaona, “nosotros tratamos de darle un lugar más especial a las prácticas sociales y amigables con el ambiente, no solo pensar en el tema financiero.”
Innovation has strengthened the company's competitiveness. TW stands out in a market dominated by low-cost and imported products by offering unique, high-quality sportswear with a sustainable purpose. Its main target audience is young people between the ages of 25 and 40 who are interested in conscious lifestyles, which has allowed it to consolidate its position in specialized niche markets.
In the first half of 2025, the company achieved sales of $69.9 million, with a total of 729 units sold. Thanks to its circular economy model and cost efficiency, it achieved a cumulative operating profit of $8.4 million, equivalent to a 12% operating margin. June stands out in particular, with a profit of more than $9.6 million and a margin of over 52%, demonstrating the profitability of its value proposition.
In addition, revenue diversification through both B2C and B2B sales ensures greater financial stability. The inclusion of employees on boards of directors and the regular publication of reports on the website reinforce transparency and trust, consolidating relationships with customers, partners, and communities.
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La innovación ha fortalecido la competitividad de la empresa. TW se diferencia en un mercado donde predominan productos de bajo costo e importados, al ofrecer ropa deportiva única, de calidad y con propósito sostenible. Su público principal son jóvenes entre 25 y 40 años, interesados en estilos de vida conscientes, lo que ha permitido su consolidación en nichos de mercado especializados.
En el primer semestre de 2025, la empresa alcanzó ventas por $69,9 millones, con un total de 729 unidades vendidas. Gracias a su modelo de economía circular y eficiencia en costos, logró una utilidad operacional acumulada de $8,4 millones, equivalente a un 12% de margen operacional. Destaca especialmente junio, con una utilidad de más de $9,6 millones y un margen superior al 52%, lo que evidencia la rentabilidad de su propuesta de valor.
Además, la diversificación de ingresos mediante ventas tanto B2C como B2B asegura mayor estabilidad financiera. La inclusión de colaboradores en juntas directivas y la publicación periódica de informes en la página web refuerzan la transparencia y confianza, consolidando relaciones con clientes, socios y comunidades.
Innovation brings social benefits by opening up employment and training opportunities for people from highly vulnerable communities. The workshop serves as a space for inclusion where practical skills in sewing and printing are strengthened, allowing participants to access decent and stable incomes. In total, twelve people have directly benefited from the model, including permanent employees, external collaborators, and participants in community training and job reintegration programs in the San Cristóbal neighborhood. In this way, the company contributes to improving living conditions and generating future prospects in a sector traditionally marked by informality.
In the environmental sphere, the use of scraps has turned waste into a valuable resource, demonstrating that it is possible to create unique products without relying solely on new raw materials. Thanks to this circular economy system, the company has managed to reduce approximately 2.08 tons of textile waste per year, significantly reducing its impact on the environment and on collection and disposal systems. “We organize the waste as much as possible and use it for our garments and production,” says Gaona.
Overall, the innovation transcends the economic sphere: it strengthens social cohesion in vulnerable areas and reduces the environmental impact of clothing manufacturing, consolidating a model that combines sustainability, inclusion, and competitiveness.
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La innovación aporta beneficios sociales al abrir oportunidades de empleo y formación para personas de comunidades con alta vulnerabilidad. El taller funciona como un espacio de inclusión donde se fortalecen habilidades prácticas en confección y estampado, lo que permite que quienes participan accedan a ingresos dignos y estables. En total, doce personas se han beneficiado directamente del modelo, incluyendo colaboradores fijos, externos y participantes de los programas comunitarios de formación y reintegración laboral en el barrio San Cristóbal. De esta forma, la empresa contribuye a mejorar las condiciones de vida y a generar perspectivas de futuro en un sector tradicionalmente marcado por la informalidad.
En el ámbito ambiental, el aprovechamiento de retazos ha convertido un residuo en un recurso valioso, demostrando que es posible crear productos únicos sin depender únicamente de materia prima nueva. Gracias a este sistema de economía circular, la empresa ha logrado disminuir aproximadamente 2,08 toneladas de residuos textiles al año, reduciendo significativamente su impacto sobre el entorno y sobre los sistemas de recolección y disposición final. “Nosotros organizamos los residuos al máximo, los utilizamos para nuestras prendas y para nuestra producción” menciona Gaona.
En conjunto, la innovación trasciende lo económico: refuerza la cohesión social en territorios vulnerables y reduce el impacto ambiental de la confección, consolidando un modelo que combina sostenibilidad, inclusión y competitividad.
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Daniel Gaona, Representante Legal
Daniel Gaona, Representante Legal
TW Sportswear is a micro-enterprise founded in 2021 in Bogotá, Colombia, with roots in the textile tradition of San Victorino, one of the city's most renowned areas in the clothing sector. Although it is a young company, it has managed to establish itself as a relevant player by offering sportswear, casual wear, and training wear with a focus on sustainability and social responsibility. It currently has four permanent employees and several external collaborators, as well as partnerships with local institutions.
Since its incorporation as a BIC company, a Collective Benefit and Interest Company that combines the pursuit of economic profitability with a commitment to generating positive social and environmental impact, TW has integrated into its business model a commitment to generating economic, social, and environmental value. The BIC 2025 Report highlights that most of the production takes place in San Cristóbal, a neighborhood in Bogotá characterized by high levels of socioeconomic vulnerability, reflecting a direct impact on communities that have traditionally been excluded from formal development. According to Daniel Gaona, CEO of the company, “We want to demonstrate that it is possible to grow as a company without losing sight of our social and environmental purpose, generating value beyond the economic sphere.”
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TW Ropa Deportiva es una microempresa fundada en 2021 en Bogotá, capital de Colombia, con raíces en la tradición textil de San Victorino, una de las zonas más reconocidas en el sector confecciones de la ciudad. Aunque es una empresa joven, ha logrado consolidarse como un actor relevante al ofrecer ropa deportiva, casual y de entrenamiento con un enfoque de sostenibilidad y responsabilidad social. Actualmente cuenta con cuatro empleados fijos y varios colaboradores externos, además de alianzas con instituciones locales.
Desde su constitución como empresa BIC, una Sociedad de Beneficio e Interés Colectivo que combina la búsqueda de rentabilidad económica con el compromiso de generar impacto social y ambiental positivo, TW ha integrado en su modelo de negocio el compromiso de generar valor económico, social y ambiental. El Reporte BIC 2025 resalta que la mayor parte de la producción se realiza en San Cristóbal, un barrio de Bogotá caracterizado por altos niveles de vulnerabilidad socioeconómica, lo que refleja un impacto directo en comunidades que tradicionalmente han estado excluidas del desarrollo formal. De acuerdo con Daniel Gaona, CEO de la empresa, “Queremos demostrar que se puede crecer como empresa sin perder el propósito social y ambiental, generando valor más allá de lo económico”.